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Tu negocio no necesita un héroe. Necesita un sistema.

No confundas actividad con progreso. Un caballo atado a una noria trabaja todo el día, pero no avanza un solo metro.- John Locke

A ver si te identificas con este comentario.


"No me acordaba que teníamos reunión hoy. Estoy saturado. Necesito hablar contigo, pero ha surgido un problema y lo tengo que resolver ahora. Esta gente no sabe hacer nada sola."


Como dice el tópico. Si me dieran un dólar por cada vez que he recibido un mensaje así, ya sería millonario.


Si eres de los que siente que sin ti la empresa se va a pique en un par de días, si irte de vacaciones es un acto de alto riesgo, y si no puedes tener una simple semana con el teléfono desconectado porque las “emergencias” no paran…


my friend, tienes un problema. Y debes leer este artículo completo.


Y perdona la confianza, pero además estás tremendamente equivocado.


Y continúo la historia.


Me mostró su agenda (al menos tiene agenda): reuniones, aprobaciones, decisiones, revisiones, urgencias.


Le pregunté si todo eso era imprescindible.


Se rió, incómodo.

Le repetí la pregunta.

Silencio.

¡Bienvenid@ a la edición 90 de The Momentum!🎉


Gracias por seguir aquí cada semana.Si es tu primera vez, te cuento. Esta es una newsletter pensada para líderes, emprendedores y equipos que quieren construir empresas más rentables, humanas y sostenibles a largo plazo.

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El ruido no es estrategia.

Hoy parece que hay que hacerlo todo: ventas, marketing, llamadas con clientes, SEO, cultura organizacional, KPIs, OKRs, redes sociales, innovación, liderazgo, finanzas , reuniones con cada depertamento, recursos humanos, branding... sigue tú con la lista.


Si escuchas todos los consejos de LinkedIn, Instagram y los gurús de turno, terminas siendo prisionero de tu propia empresa.


La paradoja es brutal,

emprendes para ser libre, y terminas encadenado a un sistema que tú mismo diseñaste para no funcionar sin ti.

El héroe es el cuello de botella.

El mito del emprendedor incansable, omnipresente y resolutivo está matando más negocios que la falta de clientes.


Hay una glorificación tóxica de “ser imprescindible”, de "estar siempre ocupado" cuando lo verdaderamente inteligente es volverse innecesario.


Delegar no es soltar el control, es diseñar un sistema que lo distribuya.


Pero aquí aparece el miedo:

¿Y si lo hacen peor que yo?

¿Y si no lo entienden?

¿Y si pierdo el pulso del negocio?


Pero.. ¿Sabes qué es peor?

👉No tener tiempo para pensar.

👉Para leer y estudiar.

👉Para observar.

👉Para anticiparte.


Porque si no estás creando, estás apagando fuegos que tú mismo encendiste.


La trampa del control absoluto

Muchos fundadores no delegan porque no confían en su equipo. Pero no confían en su equipo porque nunca les dieron espacio real para demostrar nada.


Es un círculo vicioso que se rompe con una decisión difícil.


Dejar de ser el nodo central. Porque todo pasa por ti... hasta que te rompes.


Y cuando te rompes, no hay plan B. Porque nunca lo diseñaste. Porque tu ego confundió ser necesario con ser valioso.


¿Te suena familiar?


Estás en todas las reuniones, resuelves todos los problemas, revisas cada decisión. Y cada vez que te preguntas por qué no avanzas, la respuesta es siempre la misma.


No tienes tiempo.


La verdad es más incómoda. No quieres soltar. ¿O es que no sabes cómo?


Así que aquí va lo que nadie te dijo, pero necesitas escuchar:


No vas a escalar si sigues siendo el centro de todo. No eres el sistema solar. Eres el cuello de botella.


Upss. Sorry, alguien tenía que decírtelo


Por eso te dejo esta pequeña guía brutalmente honesta. Si estás en el grupo de los prisioneros de su negocio, te va a chirriar leerla.


Pero es el camino para recuperar tu libertad, sin destruir tu negocio en el intento.


Los 5 pasos para soltar y hacer que tu empresa funcione sin ti


1. Haz un inventario de tus tareas

Durante una semana, anota cada cosa que haces. No solo lo que te parece estratégico.


TODO.


Correos, llamadas, autorizaciones, informes, reuniones. Luego marca lo que sólo tú puedes hacer.


Spoiler alert, serán menos del 20%.


Este ejercicio es incómodo, pero poderoso.


Te muestra que no estás sobrecargado por necesidad, sino por diseño. Y eso se puede cambiar.


2. Establece tu “costo del ego”

Calcula cuánto le cuesta al negocio que tú seas quien aprueba todo.


No solo en tiempo, sino en oportunidades perdidas.

¿Cuántas ideas no prosperan porque no estuviste?

¿Cuántas formas de creecer tu negocio no estás atendiendo?

¿Cuántos errores se repiten porque nadie más se siente responsable?


Tu presencia constante tiene un precio que rara vez se contabiliza.


Pero lo pagas. Y lo paga tu equipo.


Y carísimo, que lo sepas.


3. Diseña sistemas, no héroes

Por cada decisión que tomes esta semana, pregúntate:


¿cómo puedo diseñar un sistema para que esto funcione sin mí la próxima vez?


Manuales, procesos, decisiones descentralizadas. Creoq eu no soy el primero en decirte lo necesario que es esto.


Tu verdadero trabajo no es hacer, es sistematizar lo que sabes.


Si no estás documentando, estás condenando a tu empresa a depender siempre de ti.


Y eso no es liderazgo. Es dependencia con esteroides.


Un aviso rápido. Hacer y documentar los procesos, normas y manuales es mucho más sencillo de hacer de lo que crees, Sólo que hasta ahora te lo han contado mal. Escribiré sobre eso en el futuro. Si no puedes esperar, háblame y estaré encantado de darte un par de consejos.


4. Elige un proyecto que no pase por ti

Entrena a tu equipo. Déjalos hacer. .


No les des solo instrucciones, dales criterio.

Que fallen.

Que aprendan.

Que evolucionen.


La confianza no se exige, se construye. Y se construye con espacio, no con vigilancia.


Y, si no confías en al gente que tienes o no les ves con la capacidad, que te digo... pues "esos no son". Ya sabes que hacer, "no te hagas".


5. Bloquéate tiempo para lo que nadie más puede hacer

Visión. Cultura. Estrategia. Nuevas ideas. Para eso te necesita tu negocio realmente.


El negocio necesita tu perspectiva, no tu presencia constante. Ponlo en agenda como si fuera una junta con el CEO.


¡Porque lo es!


Si tú no estás liderando el futuro, nadie lo está haciendo.


Mi Reflexión Final

El negocio que fluye, funciona mejor.


Los mejores negocios que he visto no tienen héroes.


Hoy voy a ser tremendamente sincero contigo.


Yo he estado ahí y sé que el Ego de nos resiente cuando alguien nos dice que el negocio no lo hemos hecho nosotros. Que otros nos ayudan. Que sin ellos no seríamos nada.


Ríete a carcajadas cuando alguien te diga eso.


Te digo más. Apútate el siguiente "credo" como la ley número uno del líder de éxito.


El emprendedor/líder más listo es el que se rodea de los mejores colaboradores que hacen su parte. No el que más trabaja o más ocupado está.


Coviérte en el líder que construyen sistemas, culturas, procesos y principios.


Se parte de los negocios que fluyen sin necesidad de empujar cada pieza a mano.


¿Quieres crecer de verdad?


Deja de ser el motor. Conviértete en el arquitecto.


Lo más valiente no es hacer más.

Es soltar.

Es confiar.

Es diseñar algo que funcione sin ti.


Porque si tu empresa no puede operar una semana sin tu presencia, no tienes una empresa. Tienes un empleo muy exigente.


Y puede que te estés pagando con ego, pero lo estás costeando con tu vida.


¿Te hizo pensar este texto? Compártelo con alguien que también necesite soltar el volante.


¿Necesitas que alguien te ayude a empezar este nuevo camino? Háblame y déjame acompañarte en transformar tu negocio y que deje de ser tu "cárcel de oro".


Nos leemos en la edición 91


🫂Un abrazo, Andrés.



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