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Cazando Elefantes: Cómo enfrentar lo que tu equipo evita decir

Lo que no se confronta, no se transforma. Carl Jung

Ya volví de vacaciones.

Lo que esperaba que fueran unos días para visitar a la familia del otro lado del charco y tener tiempo para revisar algunos proyectos que debía analizar, terminó convirtiéndose en otra cosa.


Fueron dos semanas de disfrutar de personas(que por la distancia estaos separados) y que realmente merecían mi tiempo y mi atención.


Muy poco productivas desde el punto de vista profesional, pero profundamente enriquecedoras desde mi lado más humano.


Semanas para valorar una conversación o incluso unos minutos de silencio junto a quienes realmente me importan. También para extrañar a personas que, aunque no vi por pocos días, sentí más presentes que nunca.


La edad, (y las pausas) te enseña a valorar esas cosas simples que solemos dejar pasar.


No me quiero desviar mucho del tema, pero hay algo que me quedó muy claro estos días:


La importancia de poner sobre la mesa esos problemas de los que cuesta tanto hablar.


Y, como no podía ser de otra forma, me lo llevé al terreno profesional, donde este hábito de callar lo evidente nos pasa factura una y otra vez.


Por eso, en esta edición, quiero invitarte a mirar de frente eso que todos notan pero pocos se atreven a nombrar.


¡Bienvenid@ a la edición 85 de The Momentum!

🎉Gracias por seguir aquí cada semana.


Si es tu primera vez, te cuento.


Esta es una newsletter pensada para líderes, emprendedores y equipos que quieren construir empresas más rentables, humanas y sostenibles a largo plazo.



Cuántas veces me he mordido la lengua.


Literalmente.


Ese gesto involuntario que hacemos cuando estamos a punto de decir una verdad incómoda, y totalmente evidente, en medio de una reunión importante.


A veces por respeto, otras por estrategia… y muchas otras por miedo.


Miedo a incomodar, a romper la armonía superficial, a decir en voz alta lo que todos ya saben pero nadie se atreve a nombrar.


Miedo sobre todo, a las reacciones. Quien se atreve a decirle al responsable que la culpa es evidentemente de él.


Leyendo el libro de José Antonio de Miguel Visa (no sé si el término es suyo, pero se lo reconozco igual), me encontré con una descripción brillante: “el elefante en la habitación”. Aprovecho para recomendarte mucho el libro y lo que publica José Antonio. El enlace a su linkedin aquí lo tienes https://www.linkedin.com/in/yoemprendo/



Pero, ¿qué es un elefante en la habitación?

Es ese problema tan obvio y gigantesco que, por alguna razón misteriosa, todos ignoran.


Está ahí, caminando entre escritorios, ocupando espacio emocional y estratégico, y sin embargo…


nadie lo menciona.


👉Una verdad incómoda.

👉Un proceso disfuncional.

👉Una cultura que contradice sus propios valores.

👉Una persona que bloquea al equipo.

👉Un negocio que ya no funciona como antes, pero sigue como si nada.


El elefante tiene muchas formas, pero el mismo efecto.


Silencio, incomodidad y desgaste. Y al final no estamos atajando el mayor de los problemas.


Y me quedé pensando:¿Cuántos elefantes hay ahora mismo en nuestras empresas?¿Cuánta energía se pierde en no nombrar lo evidente?


¿Por qué evitamos hablar de lo obvio?

Por miedo. Tan directo y tan sencillo.


Miedo a parecer conflictivos.

A incomodar.

A poner en peligro nuestra posición.


Y también por costumbre: “mejor no lo toques”, “no armes lío”, “ya sabemos cómo es”.

Así es como el silencio se convierte en cultura.

Y la cultura, en freno al crecimiento.


He hablado de cultura en los últimos 4 episodios y ya sabes lo importante que es tener una cultura sana.


¿Pero cómo saber si hay un elefante en tu empresa?


Ya te lo adelanto, sí, hay un elefante en tu empresa. Sería la primera que no tiene alguno.


Pero a ver si te suenan estas situaciones y te convences de que si tienes.


  • Las reuniones son tranquilas… pero ineficaces.

  • Todos saben que algo no funciona, pero nadie lo dice.

  • Se habla más en los pasillos que en los canales oficiales.

  • Hay temas que se esquivan sistemáticamente.

  • La tensión se nota, aunque nadie la nombre.

  • Todos aputan a alguien pero nadie habla de eso delante de la persona.


¿Te suena? Entonces ya sabes que hay un elefante(o varios) paseando por ahí.

Herramientas para convertirte en un cazador de elefantes


Ser líder no es solo tomar decisiones o dirigir reuniones. También es tener la valentía de ver lo que otros evitan, y la inteligencia emocional para abrir conversaciones difíciles sin destruir relaciones.


Convertirse en un cazador de elefantes no significa andar señalando errores con dedo acusador. Significa aprender a observar con atención, escuchar con intención y actuar con responsabilidad.


Es pasar de ser parte del problema, por omisión o silencio, a ser parte activa de la solución.

Porque los elefantes no desaparecen solos.


Solo se van cuando alguien se atreve a decir: “esto está pasando, y necesitamos enfrentarlo”.


Aquí te dejo 5 herramientas prácticas que puedes comenzar a usar desde hoy para desarrollar esa habilidad esencial en todo líder:


  1. Crea espacios seguros para hablarLas mejores empresas permiten conversaciones reales. No hay confianza sin libertad para decir la verdad.

  2. Haz preguntas valientes ¿Qué estamos evitando hablar como equipo?¿Qué decisión se tomó mal y aún no se ha corregido?

  3. Usa el humor para descomprimir“Creo que el elefante ya se sentó en la mesa”, puede ser más efectivo que mil presentaciones.

  4. Habla de problemas, no de personas“Este proceso no funciona” es muy distinto a “Pedro siempre se equivoca”. Apunta al sistema, no al individuo.

  5. Actúa después de hablar. Abrir conversaciones sin tomar decisiones solo aumenta la frustración. La acción valida el coraje.


Mi Reflexión Final


Nombrar lo evidente puede doler, pero ignorarlo duele más.


No se trata de buscar culpables, sino de crear espacios donde las verdades incómodas puedan llevarnos a soluciones valientes.


Las empresas que enfrentan sus elefantes son las que construyen culturas fuertes, resilientes y confiables.


Y si al leer esto, te preguntas si tú podrías ser el elefante en la habitación... entonces más que nunca necesitas practicar este ejercicio.


Porque ser el problema sin saberlo es peor que ser el problema consciente. Al menos el segundo tiene posibilidad de cambiar.


La negación no es liderazgo. La autoconciencia sí.


¿Estás dispuesto a escuchar lo que nadie se atreve a decirte?¿Estás creando un entorno donde incluso tú puedes ser cuestionado sin miedo?


Los verdaderos líderes no temen a las verdades incómodas.Las invitan, las enfrentan y las transforman en acción.


Así que, te lo dejo claro:

¿Vas a seguir mordiéndote la lengua o vas a convertirte en un auténtico cazador de elefantes?


Nos leemos la próxima semana. Y si te animas, cuéntame: ¿cuál es el elefante que estás viendo tú?


Un abrazo fuerte, Andrés


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