La Actitud Importa: Construyendo Equipos de Trabajo Efectivos y Armoniosos
- Andrés Mulas
- 10 dic 2023
- 8 Min. de lectura
Capítulo 39
Te transcribo una conversación con uno de mis clientes.
Yo: Tenemos que hablar con [xxxxx]; no puede seguir teniendo esa actitud con los clientes.
CEO: Ya lo sé. Pero es impecable en su trabajo. Nadie lo hace como él.
Yo: Entiendo, pero si va a seguir tratando con los clientes, debemos abordar las quejas constantes de sus compañeros sobre su carácter.
CEO: Hablaremos con él, porque realmente es muy bueno en lo que hace.
Yo: Pero hace su parte según su criterio y su forma de ver las cosas, y nadie quiere trabajar con él. Necesitamos que sea un trabajo en equipo para que el proceso funcione de manera óptima. Creo que deberíamos buscar a alguien con una mejor actitud para ese puesto.
CEO: No encontraremos a nadie que lo haga tan bien como él. Le daremos otra oportunidad.
Yo: Lo primero es que creo que puedes encontrar a alguien tan bueno o casi tan bueno como él y, en el peor de los casos, podemos capacitar a alguien. Y lo segundo, no creo que funcione darle otra oportunidad. No es la primera vez que hablamos de esto. Sabes que, tarde o temprano, esto va a causar mayores problemas. La rotación de aquellos que trabajan con o cerca de él es el doble que en el resto de la empresa.
CEO: Voy a hablar con él y le daremos una segunda oportunidad.
Yo: Querrás decir la quinta.
CEO: Yo hablo con él.
Esa conversación ocurrió hace unos tres meses. Esta semana tuvimos una muy parecida y le íbamos a dar la sexta oportunidad. Pero...sorprendentemente, renunció antes de que pudiéramos hacerlo. ¡Aleluya! Tuvimos suerte al final del todo.
La actitud es una pequeña cosa que hace una gran diferencia. - Winston Churchill.
Pues hoy vamos a reflexionar sobre esto. ¿Qué es más reecomendable, tener buenos colaboradores, empleados o trabajadores que sepan hacer su trabajo bien (buena aptitud) o que tengan una gran actitud frente a sus compañeros, clientes y el resto de stakeholders?
¡A por ello!
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Todos admiramos a personajes como el Dr. House, el médico genio que cura pacientes con enfermedades increíblemente complejas, pero con un carácter insufrible, antisocial, egocéntrico y con serios problemas psicológicos. Nos atraen desde la perspectiva del espectador. Su humor negro a base de criticar a otros nos encanta mientras no seamos nosotros el objetivo de sus burlas.
Pero para quienes trabajan con él y los pacientes que lo sufren, es totalmente destructivo. Este tipo de colaboradores, empleados, trabajadores, socios, o como quieras llamarlos, que tenemos en nuestras empresas, generan más problemas que soluciones.
Pero hoy no quiero que te quedes con al idea de que se trata de tener trabajadores que sean el alma de la fiesta. Déjame que te explique bien la diferencia entre una buena actitud y ser el alma de la fiesta.
Mientras que ser el alma de la fiesta puede implicar ser extrovertido y sociable, una buena actitud en el trabajo se centra más en cómo un individuo contribuye al equipo y a la organización.
Un empleado con buena actitud puede ser introvertido o extrovertido, pero lo que realmente importa es su enfoque hacia el trabajo, su disposición a colaborar y aprender, y cómo maneja las relaciones interpersonales de manera respetuosa y constructiva.
La buena actitud no se trata solo de llevarse bien con los demás, sino de contribuir activamente a un ambiente de trabajo positivo y productivo.
Lo que quiero dejar claro es la importancia de tener empleados con una buena actitud en el lugar de trabajo. Pero es crucial, y es esencial diferenciar entre tener una buena actitud y simplemente ser sociable o el alma de la fiesta, como he explicado. Mientras que ser extrovertido y amigable puede ser beneficioso, una buena actitud en el contexto laboral abarca mucho más y es fundamental para el éxito y la armonía en cualquier organización.

Entonces, ¿qué significa tener una buena actitud?
Estos son los elementos clave de una persona con buena actitud en el trabajo.
Trabajo en equipo: La disposición para colaborar es un aspecto vital de una buena actitud. Los empleados que trabajan bien en equipo contribuyen a un ambiente de trabajo más armonioso y productivo. Esto implica compartir conocimientos, apoyar a los compañeros y estar dispuestos a combinar habilidades y esfuerzos para alcanzar objetivos comunes.
Amabilidad: Ser amable no solo significa ser agradable en las interacciones cotidianas, sino también mostrar empatía, respeto y consideración hacia los colegas. Una persona amable contribuye a crear un ambiente de trabajo positivo y acogedor, lo que puede aumentar la moral y la productividad.
Curiosidad y aprendizaje continuo: Un empleado con buena actitud suele ser curioso y está siempre dispuesto a aprender y mejorar. Esta actitud de crecimiento continuo es beneficiosa para la empresa, ya que fomenta la innovación y la adaptación a los cambios del mercado o de la industria.
Compromiso y responsabilidad: La buena actitud también se refleja en el compromiso con el trabajo y la responsabilidad personal. Los empleados que asumen la responsabilidad de sus acciones y se comprometen con sus tareas muestran una actitud positiva que puede inspirar a otros y mejorar el rendimiento general del equipo.
Flexibilidad y adaptabilidad: La capacidad de adaptarse a situaciones cambiantes y ser flexible ante los desafíos es un signo de una buena actitud. En el dinámico entorno laboral actual, la adaptabilidad es clave para el éxito y la supervivencia de cualquier organización.
Pero es que este problema que estamos tratando hoy tiene implicaciones más profundas. Tradicionalmente, las empresas han tendido a enfocarse en medir y recompensar la aptitud, es decir, las habilidades y competencias técnicas necesarias para realizar un trabajo.
Sin embargo, la actitud, que incluye elementos como el trabajo en equipo, la amabilidad, la curiosidad, el compromiso y la adaptabilidad, a menudo no se mide de manera sistemática, aunque tiene un impacto significativo en el ambiente de trabajo y en el éxito a largo plazo de la empresa.
Y aquí viene otro obstáculo. ¿Cómo podemos medir la actitud?
Medir la actitud tiene 3 desafíos que debemos solucionar.
Subjetividad: A diferencia de la aptitud, que se puede medir más fácilmente a través de resultados y metas concretas, la actitud es más subjetiva y puede ser más difícil de cuantificar.
Falta de herramientas y métricas adecuadas: Muchas organizaciones carecen de las herramientas o sistemas para evaluar efectivamente la actitud de los empleados.
Cultura organizacional: En algunas empresas, la cultura no enfatiza suficientemente la importancia de la actitud, lo que lleva a una falta de reconocimiento y recompensa por comportamientos positivos.
Las buena noticia para las empresas y sus departamentos de Recursos Humanos es que ya cuentan con estrategias para medir y fomentar una buena actitud. Aquí te dejo algunas que pueden servir para comenzar a medir el desempeño de un trabajado en el área de la actitud. Todas son importantes, pero si tuviera que elegir por cuales empezar lo haría por las dos últimas.
Evaluaciones de desempeño integral: Incorporar evaluaciones de actitud en las revisiones de desempeño, donde se consideren factores como la colaboración, la comunicación, la resolución de conflictos y la contribución al ambiente de trabajo.
Feedback 360 grados: Utilizar evaluaciones de 360 grados, donde los compañeros, subordinados y supervisores proporcionen feedback sobre aspectos relacionados con la actitud.
Reconocimiento y recompensas: Establecer sistemas de reconocimiento que premien no solo los logros basados en la aptitud, sino también aquellos relacionados con la actitud positiva y las contribuciones al equipo y a la cultura de la empresa.
Cultura de feedback continuo: Fomentar una cultura donde el feedback regular y constructivo sea la norma, permitiendo a los empleados entender y mejorar su actitud en el trabajo.
Capacitación y desarrollo: Ofrecer programas de desarrollo que no solo se centren en habilidades técnicas, sino también en habilidades blandas y desarrollo personal.
Establecer indicadores clave de comportamiento: Definir y comunicar claramente qué comportamientos y actitudes se valoran en la organización y cómo se medirán.
Reflexión Final
La charla que compartí muestra un problema muy común en las empresas: cómo equilibrar las habilidades técnicas de alguien con su forma de ser y actuar en el trabajo.
A veces(casi siempre), nos fijamos mucho en lo bien que alguien hace su trabajo y nos olvidamos de lo importante que es tener una buena actitud. Pero, como vimos con el empleado del que hablé, tener una mala actitud puede dañar el ambiente de trabajo y cómo se siente el equipo.
Este ejemplo nos enseña que es importante tener tanto habilidades técnicas como una buena manera de relacionarse con los demás y una actitud positiva. Las habilidades técnicas son necesarias para hacer ciertas tareas, pero la actitud de una persona afecta a todo el equipo y al éxito final de la empresa. Una buena actitud ayuda a que la gente trabaje mejor juntos, se comunique mejor y haga un lugar de trabajo más agradable y productivo.
Por eso, es muy importante que las empresas no solo valoren lo bien que alguien hace su trabajo técnico, sino que también fomenten y premien una actitud positiva. Esto significa no solo darse cuenta y tratar con las actitudes negativas, sino también buscar maneras de medir y mejorar cómo se comportan y sienten las personas en el trabajo. Haciendo esto, las empresas pueden crear un lugar donde se valoren tanto las habilidades técnicas como las personales.
La calidad de nuestro trabajo depende de la calidad de nuestras personas. - Colin Powell.
Y hasta aquí mi edición de esta semana. Espero que reflexiones sobre como se comportan tus equipos y puedas poner en marcha herramientas para medir no sólo su desempeño técnico.
Un abrazo a tod@s. Andrés.
Me encantaría escuchar tus experiencias, dudas y reflexiones. Si quieres, escríbeme en mi web andresmulas.com o en linkedin, siempre contesto.
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Preguntas Frecuentes (FAQs)
¿Cuál es la diferencia principal entre tener una buena actitud y ser el alma de la fiesta en el contexto laboral?
Mientras que ser el alma de la fiesta implica ser extrovertido y sociable, una buena actitud en el trabajo se centra en cómo el individuo contribuye al equipo y a la organización. Esto incluye colaboración, disposición a aprender, manejo respetuoso de las relaciones interpersonales y contribución a un ambiente de trabajo positivo y productivo.
¿Por qué es importante equilibrar la aptitud y la actitud en el entorno laboral?
Es crucial equilibrar ambas porque, aunque la aptitud refiere a las habilidades técnicas necesarias para realizar un trabajo, la actitud impacta significativamente en el ambiente de trabajo y en el éxito a largo plazo de la empresa. Una mala actitud puede dañar la dinámica de equipo y disminuir la productividad, independientemente de la competencia técnica del individuo.
¿Qué desafíos se presentan al intentar medir la actitud en el lugar de trabajo?
Medir la actitud presenta desafíos como su naturaleza subjetiva, la falta de herramientas y métricas adecuadas, y una cultura organizacional que no siempre enfatiza su importancia. A diferencia de la aptitud, que se puede medir más fácilmente a través de resultados concretos, la actitud es más difícil de cuantificar.
¿Cuáles son algunos elementos clave de una persona con buena actitud en el trabajo?
Los elementos clave incluyen trabajo en equipo, amabilidad, curiosidad y aprendizaje continuo, compromiso y responsabilidad, y flexibilidad y adaptabilidad. Estos aspectos contribuyen a un ambiente de trabajo armonioso y productivo y son vitales para el éxito organizacional.
¿Qué estrategias pueden utilizar las empresas para fomentar y medir una buena actitud?
Las empresas pueden implementar evaluaciones de desempeño integral que consideren la actitud, utilizar feedback de 360 grados, establecer sistemas de reconocimiento para comportamientos positivos, fomentar una cultura de feedback continuo, ofrecer capacitación en habilidades blandas y desarrollo personal, y definir indicadores clave de comportamiento para medir y comunicar las actitudes valoradas en la organización.
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